Durante los años 90 a 96 realicé trabajos cerámicos. Poco a poco empecé a interesarme por los proyectos de tipo relacional y de participación social que fui introduciendo en la cerámica y mas tarde en otras disciplinas. Como premisa de trabajo, parto del concepto de democracia cultural, manejando tanto la cultura formal, popular, local o importada, así como la idea de que sean los propios individuos los que a través de su visión particular y su forma de hacer desarrollen la cultura. Esta puede conseguir dejar de ser un bien de consumo y convertirse en una oportunidad de desarrollo personal.
Todos los proyectos tienen un gran componente relacional y comunicativo. Contar historias, rescatar recuerdos, compartir vivencias, es lo que conseguimos recreando eventos populares en los que participan los vecinos de una forma activa. Estos procesos donde las gentes de las periferias culturales se reconocen y se integran, nos permiten intervenir en la realidad para crear otras narrativas.
Muchos de los trabajos los he realizado con Gloria Prado, dentro del equipo de producción Ideas Felices.