Mercedes Prado  
 

Ardearganda

// 2001
I Encuentro de arte público Cuidad de Arganda del Rey. Madrid 

El organizador quería que hiciésemos algo que relacionara la ciudad con las hogueras típicas de la noche de san Juan. Nos dirigirnos a las asociaciones de vecinos para hablar con ellos a cerca del concepto de fiesta y de participación que cada uno tenía. Para implicarlos en el "juego", hicimos unas grabaciones en vídeo de estas conversaciones donde nos hablaban del recuerdo de la fiesta desde su infancia, y de la participación del fuego en ellas. A través de estas charlas se creó un perfil claro de fiesta popular, que recreamos en una plaza pública de la ciudad, aprovechando una verbena.


Texto para el catálogo:

Perifiestas
Mi amiga Lole me contó en una ocasión que los carnavales de su pueblo eran estupendos, participaba todo el mundo asociado en peñas y se disfrazaban en comparsas que competían con las vecinas. Todo el pueblo actuaba (Rouseau en la Lettre à D´Alambert escribió que la gente tenia que salir de los teatros, ocupar las plazas y producir eventos sin espectadores, en los que todos podrían ser actores).
Últimamente ya no salía a la calle a verlos porque desde que pusieron la televisión local (Tele Daimiel), se veía mucho mejor en casa, libre de empujones y de frío y realizador siempre seleccionaba las mejores imágenes. Lole está convencida de que, viendo la fiesta por la tele, no se pierde nada.
“Una fiesta es una manifestación sociocultural compleja que incluye rituales y diversión, pero que implica muchas más dimensiones y funciones en relación con la colectividad que las que celebra y protagoniza.” En estas otras dimensiones encontraremos la respuesta al por qué a pesar de la pérdida de significados de las creencias a cerca de los efectos mágicos-religiosos del rito, el hombre posmoderno, secular, reinventa la fiesta y la sigue utilizando como símbolo estratégico de vertebración de las identificaciones colectivas. Esperemos que la utilización de estructuras tan arcaicas contemple significados nuevos y no meramente nostálgicos.
Con este trabajo de Ardeargnda se ha pretendido recrear un acto festivo, en el que como en todos debe haber participación ciudadana y esa estética grotesca que caracteriza la fiesta popular. Aquí se combinaros, a través de las historias que nos contaron los habitantes de la ciudad, todo un catálogo de símbolos festivos de identidad nacional: Los toros, las falla, las verbenas populares y sus gogos, las romerías religiosas, el escenario callejero, el circo urbano, la rondalla con bandurrias, el fuego, los apretones y el calor humano como comportamiento festivo de catarsis colectiva, todo envuelto con la apariencia tecnológica de los media que nos ofrece la modernidad (vídeo-proyección, cámara de circuito cerrado y monitores). Los que estábamos allí éramos actores y espectadores en el mismo acto y la verbena de al lado entraba en la obra y el grupo de música se veía en nuestro monitor y nuestra acción se chocaba con el castillo hinchable y a la lanzafuegos le hacían un hueco los de protección civil y a la gente le encantaba verse en la televisión.
Mi amiga Lole se lo está perdiendo todo.
Mercedes Prado