LA BODA COMO ARGUMENTO NARRATIVO:
Recientemente un amigo extremeño se ha casado con una mujer de Perú:
UN HOMBRE EXTREMEÑO, CONCRETAMENTE DE LA ZONA DE LA “SIBERIA”, SE CASA CON UNA MUJER DE PERÚ, DE LA CIUDAD DE CALLAO Y AMBOS MONTAN SU HOGAR EN MADRID.
Este hecho aparentemente sencillo, tiene muchas lecturas.
De primeras, vemos aquí la inversión del Dorado, la permuta de términos de conquista que llevaron nuestros antepasados a América. Puede que uno de las más importantes para una mujer emigrante sin nacionalidad sea casarse con un español.
Pero a la vez encontramos como se igualan estos dos personajes (los novios) ante la condición común de emigrantes en una gran ciudad. Hablamos de cómo estas personas deben abandonar sus lugares de origen para zambullirse en ciudades que la planificación macrosocial la estandarización inmobiliaria y vial, y en general el desarrollo unificado del mercado tiende a homogeneizar.
¿A qué se enfrentan?, ¿Qué tienen que pagar a cambio?, ¿Qué dejan atrás?, ¿Qué imaginario arrastran?, ¿Encontrarán su dorado viviendo en pisos compartidos por tres y cuatro familias en ciudades dormitorio?, ¿En qué situación se quedan los que no han podido emigrar?, ¿Qué aman y qué odian de España y de Perú?, ¿A qué tienen miedo?, ¿Qué tenemos en común?, ¿Qué nos separa?, ¿Compartimos memoria colectiva?
Estas reflexiones concadenadas que provocan los actos cotidianos se pueden convertir en temas para un proyecto de arte, descontextualizando el hecho que las provoca con la intención de despertar estas u otras reflexiones en los demás.
Hemos elegido una boda por el poder evocador y de convocatoria que lleva consigo.
En este caso, La boda como argumento narrativo proporciona material teatrable para la autorepresentación comunitaria. Aunque suframos una pérdida del significado originario del gesto que representamos, no queda debilitado el carácter comunicativo del evento, que mucho más que en sus contenidos, se basa en el “medio”, que aquí es totalmente lúdico-festivo.
Las fiestas son una manifestación sociocultural compleja que incluye rituales y diversión pero que implica otras dimensiones y funciones en relación con la colectividad.
Aunque las fiestas tradicionales han perdido, en esta sociedad fragmentada toda su consistencia interna, se siguen utilizando como medio de formar parte del proceso productivo, de la acción comunitaria. Así pues, el tema del proyecto como rito popular, da a los sectores sociales invitados la confianza de que participan en un sistema que los incluye y reconoce sintiéndose identificados con aquello que hacen y nos ofrece la oportunidad de integrar lo popular en lo culto.
Un rito sin mito resulta reducido a mera forma narrativa, más bien un juego, pero así, simulando, realizan una acción.